Menos código que Nokia 1100

 Y un día llegó el momento en el cual mis miedos se hicieron carne, también  tienen nombre y apellido. Se me quemaron todos los papeles sin darme cuenta. 

Pensaba tener controlado algo de mi vida a esta altura, hasta que esa sonrisa se me volvió imposible de ignorar. Esa que te da felicidad y que tiene ese no sé qué, eso que me encanta sin saberlo, qué me tiene en vilo durante el día. Solo necesite una charla, una caminata y una noche mirando el horizonte para entender que era real, mí miedo era real y caminaba en un pueblo que no tenía visto. Hablo de miedo por que a diferencia de otros sentimientos, el miedo te da adrenalina y ese sentimiento de estar vivo, de vivir más allá de sobrevivir, confusiones, descubrir que algo sigue vivo en mi, algo nuevo que en cada amanecer toma mas fuerza por qué hace tiempo no agarro a alguien de la mano. No queda más que sentir y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría. Que me encanta mirarte y que te hago mía con solo verte de lejos. Que adoro tus lunares y tu pecho me parece el paraíso. 

“..Hoy ya no existe mas aquel que teme a los abismos.Y es hoy gracias a vos que mis miedos tienen terror. Es tu risa que desarma, todas mis tropas se rindieron a tu reino de enseñanzas…”

Aprendiendo a disfrutar

 Hoy tuve una nueva sesión con mi psicóloga y en la charla entendí que en 27 años nunca he podido disfrutar de mi vida, que nada de lo que he hecho me ha generado placer ni un goce, nunca he podido relajarme y disfrutar de lo que hago, disfrutarme y sentir algo en las caricias, los abrazos, besos de todo tipo de personas. Eso pasa por estar siempre pendiente de no equivocarme, de esa maldita exigencia que he hecho propia que teniendo todo lo que quise en estos meses, hoy no lo puedo disfrutar y solo sufro.

Sufro el estudiar, sufro el salir, sufro el vivir por miedo y no tolerar equivocarme hasta el punto que ahora debo hacer una lista para tratar en terapia de cómo me he sentido y como reacción mi cuerpo ante cada mínima cosa qué pasa en mi día a día.

Es un aprender a caminar de vuelta, andar en bici y un nuevo renacer

Todo lo quiero ya y no me permito estar mal, m e inquieta el estar mal, no disfrutar, no vivir y dejarme llevar. Me produce un poco de ansiedad el no controlar, no saber y si no hago buen algo, no deber hacerlo.

Vivo con el cuerpo tenso y en defensiva aunque no sepa poner límites y eso me lleve a destruirme como lo hice hace unos meses en el cual me perdí hasta a mi mismo por no hacerlo.

Mañana será otro día y lamentablemente un nuevo empezar

Feliz cumpleaños

 Feliz cumpleaños a mí que me aguanto el dolor de extrañar todos los días, que a pesar de no querer seguir más y me vaya bien, hoy extraño el triple festejarlo. Extraño el triple a mí vieja, extraño el triple merendar con ella hoy, extraño el triple a Marianela, extraño el triple sus besos. 

Hoy sigo, no entiendo cómo lo hago, ni que tan fuerte soy, sigo. Camino y hoy, gracias a dios estoy mejor de lo que estuve ayer, sigo, con dolor pero sigo. Así dicen que hay que ser hombre y poner tripa-corazon. No tengo conocimientos de ambas cosas pero sigo.

Hoy sigo con el peso en mí cabeza, el peso de algo mejor, el peso del extrañar y seguir.

Algo del vacío

 Empezando otra vez con todo lo que en algún momento se fue, bah, casi todo lo que se fue. Sin embargo siento esa falta de energía por la felicidad que conlleva eso como si me faltará compartirlo con alguien, yo sé quién más que nadie falta, a eso se le suma algo más. Así voy empezando mis días a las 6 am, a veces sin dormir y como un mapache.

Todo eso que se fue, es mejor y no es una pérdida, se fue a un lugar mejor donde no se sufre ni se llora. Aún sabiendo y sintiendo eso, duele. Quien más falta, no depende de mí y sin tener en cuenta eso, me cuesta el día a día.

Soy feliz en el trabajo a pesar de que anoche llore de miedo, intriga y ansiedad ante esté nuevo comienzo que es un desafío por la magnitud.

Seguiré yendo sin dormir pero no sé cuánto aguantará mí cuerpo. Solo quiero ser feliz y que vuelva a mí, mí ser.

Cristian

 Leyendo cosas de mí blog, volví a entender quién soy. De a poco va creciendo otra vez mí llama interior, esa que creí apagada por qué me quisieron apagar y lo hicieron durante un tiempo. ¿Por qué? Porque no pueden con mí energía y con quién soy, quien a pesar de todo lo malo que pueda suceder, siempre voy a buscar y querer encontrar la solución para mejorar, aún cuando esa mejora no depende de mí. Siempre busco continuar y no solo con palabras sino con hechos.

Eso soy, soy Cristian Zoratti quien siempre está a pesar de todo, quien no apaga a los demás sino que busca potenciar y mejorarlos mientras mejoro. Siempre doy esas oportunidades que muchos y muchas cosas me negaron, soy quien busca no hacer daño por el conocimiento del dolor, soy quien busca ser mejor y siempre busca alguien quien ayude, sea un apoyo. Nunca me perdí en realidad, solo me perdí en realidades de otras personas, en esas realidades de quién dicen que soy, a veces tienen razón y otras no. Se amar y brindo mí amor a quien tengo al lado aunque no sea correspondido, aunque sea solo por un momento. No me recuerdan de mal modo, esa es mí bendición y mí misión. Llevar el amor verdadero hasta que sea correspondido, hasta que me encuentre esa persona que merezco, que me de ese apoyo y tantas cosas que ni se que necesito, que quiera bailar cumbia aunque no sepa (igual que yo) y solo lo haga por qué soy yo.

El mundo necesita mí sonrisa y yo necesito al mundo para verla brillar, no soy una persona introvertida. Al final, soy extrovertido pero solo con aquellas personas que estimo son las correctas.

No soy mis errores,ni lo que digan de mí, ni lo que hicieron conmigo, soy quien hizo de todo eso un mapa y nunca recuerda el principio de lo pasado, ya pasó. No quiero llevar esa mochila de las personas que conocí y ya no están, solo me enfocó en mí. 

Estás son bocanadas de aire que tomo luego de estar en el agua tanto tiempo, como cuando salís a flote luego de haber hecho una competencia de aguantar la respiración. En eso se diferencia esa situación de que yo no fui quien me hundí, me hundieron y de esa salí.

El primer mes del resto de mi vida

 Paso un mes y cada vez el silencio es más ruidoso, cada tarde se vuelve más pesada, cada noche sin sueño y un despertar deseando estar dormido. Te extraño, en cada tarde que no tomo mates con vos, cada pelea por cualquier cosa, cada entre cena con alguna picada, te extraño en cada abrazo, cada mirada. 

Quien me conoce, sabe que al mirarme solo se ve un vacío, una mirada perdida al horizonte y con ello un andar errático, un seguir por impulso, no por deseo. 

Mi único deseo es seguir honrrandote y cumplir con todo lo que quedó inconcluso, todos esos viajes y regalos que pensé poder darte algún día.

Aguanto día a día lo que me toca y trato de encontrarte en cualquier lugar por qué necesito verte, necesito un abrazo, un susurro que me diga que estás bien. 

Cada vuelta a casa es una tortura, no tengo a quien saludar y contarle como me fué, no tengo alguien cómplice con quién salir a merendar, no te tengo. Eso es lo que más me duele, te fuiste muy rápido, sin despedirte, quedaron tantos sueños por cumplir, tanto por darte que no me va a alcanzar la vida para dejar de llorarte.

Me gusta estar cayendo, voy esperando el impacto

 Se va terminando este año, súper particular y del cual nada me queda, nada que quiera recordar. Porque cada cosa que dejó, solo es una lágrimas más, una mueca y angustia. A todo lo que fueron estos 11 meses, en este mes se me rompió el invicto. Ya deje de ser alguien que elude al covid, para pasar a ser alguien que sobrevivió y la verdad que se vuelve complicado. No porque yo esté mal, sino a mí al rededor, todo lo que siempre quise y quiero en mí vida, tambalea.

Hoy, la parte más difícil es la mental (cómo siempre), buscar mantenerse erguido cuando uno solo está en el piso esperando que le hagan la cuenta. Esperando que todo termine de una buena vez, despertarse y que nada de este año haya pasado realmente. 

Aunque mucho quiera huir, el presente me persigue y cada vez más, cambiando todo mucho más rápido que un tic tac. En una semana o menos, de un día para el otro todo puede cambiar y como siempre siguiendo mí suerte, es para mal. Siempre que va todo bien, espero el impacto, eso que me deja en el suelo para volver a la meceta de la que hable hace un tiempo. Realmente no esperaba este impacto, lo esperaba para mí, en algo mío y no así como está siendo. No lo vi venir.

Ahora es cuando más cuestiono la fé y no solo por ser contraría a la razón en muchas cosas, sino porque nunca le basta, siempre tenés que estar dando, esperando y la verdad, ya me cansé de esperar. Solo quiero lo que alguna vez fue para mí o al menos me acompañaba.

Hoy no tengo ganas de seguir realmente, solo estoy esperando...

https://youtu.be/oXqbxFUJ7tQ